SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 20 de julio de 2017

La mistad entre humanos y animales es bien conocida, la amistad carece de limitaciones.


La amistad entre seres humanos y animales salvajes no ha dejado de presentarse como un enigma. Aunque no solo la gran pantalla nos ha regalado este tipo de complicidades insólitas en un espacio en el que parecían no operar las leyes del hombre, lo que no se imaginaba un niño de doce años oriundo de Rusia es que cuando encontró un pequeño gorrión en la calle, que estaba a punto de morir, este iba a convertirse en su mejor amigo, en su amigo inseparable.


El niño se hizo cargo del pequeño pájaro y le ayudó a recuperarse. Ahora, el gorrión de nombre Ebby está tan agradecido que jamás abandona a su salvador ni un solo minuto.
Y aunque la relación que puedan establecer un niño y un ave de apenas treinta gramos no deja de ser extraordinaria más aún lo es la amistad entre una serpiente pitón de cinco metros y nueve años de edad, y un niño, de la misma edad que vive en Camboya. Actualmente, la pitón es un miembro más de una familia pobre que la cuida como si de uno de ellos se tratase.

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