SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 3 de diciembre de 2016

Científico peruano descontaminó un humedal en menos de dos semanas y ahora va por el Titicaca. “Sábados y Domingos, solo noticias que hacen que la vida tenga significado”

Becado por la Embajada de Japón, este joven científico peruano-japonés graduado con honores en la Universidad de Tsukuba, ha recuperado más de 30 hábitats naturales en Asia y África, entre humedales, desiertos y bosques. 

Luego de una llamada de su padre en el año 2010, donde fue advertido sobre el grave estado del humedal El Carcajo, ubicado a menos de dos horas al norte de Lima, Morikawa decidió regresar al país que lo vio nacer para remediar el lugar que fue parte de su infancia.
¿Te acuerdas de Carcajo? No lo vas a poder creer, pero lo van a tapar. Está tan contaminado que se ha perdido”, le contaba su padre por teléfono. De manera instantánea, Marino solicitó permiso a la universidad, donde se desempeñaba como catedrático de posgrado, para viajar a Perú. Al observar el estado del humedal, decidió buscar apoyo en todos los lugares posibles: realizó múltiples publicaciones en redes sociales, tocó las puertas de los vecinos de Huaral, Chancay y Lima, e incluso conversó con algunos empresarios. Los resultados fueron desalentadores, ya que a nadie pareció importarle.
Sin embargo, la negativa de diversos actores sociales no fue suficiente para frenar sus intenciones de curar aquel ecosistema contaminado. Marino viajó nuevamente a Japón, donde retiró todos sus ahorros y contrajo tres préstamos bancarios, para luego retornar a Perú. Le dije al alcalde de Huaral que me dé permiso, que yo correría con todos los gastos y que si en un año no habían resultados me marchaba a Japón. Y me lo dio, relata.
El proceso de remediación comenzó con un monitoreo de tres días, donde el científico observó el flujo de gente que pasaba por las inmediaciones, así como la biodiversidad y los puntos de mayor contaminación. “Muchas personas se equivocan al tratar de remediar un lugar sin antes haber realizado un estudio científico, ya que dependiendo del estado de contaminación y los componentes que contenga el hábitat, el tratamiento varía”, explica. Y agrega que “uno no puede arriesgarse en instalar un sistema de tratamiento ya que podría afectar el ciclo biológico de la flora y fauna que debe tener un hábitat”.
Como primera medida, Marino quitó, con la ayuda de decenas de personas que se unieron a las tareas de limpieza -algo que no deja de conmoverlo-, unas 70 toneladas de plantas Distia stratiotes, más conocidas como “lechugas de agua”. Con ellas hicieron abono orgánico para alimentar zonas áridas, con el objetivo de generar áreas verdes en las inmediaciones del cuerpo de agua.
La segunda fase consistió en la limpieza del agua, mediante dos sistemas desarrollados en Japón, que replicó artesanalmente con materiales locales: nanoburbujas y biofiltros. Las Micro Nano Burbujas (MNB) son burbujas 10 000 veces más pequeñas que las de la gaseosa, que tienen una alta concentración de energía, ya que poseen iones positivos y negativos. Estas características implican que pueden estar en el cuerpo líquido entre cinco y ocho horas, de manera que en su trayecto hacia la superficie atraen bacterias, virus y otros contaminantes orgánicos e inorgánicos que, al adherirse, ya no pueden escaparse y acaban autodestruyéndose, o se mueren por falta de movilidad o alimento. Respecto a los biofiltros, fueron construidos con cerámica y arcilla, y se utilizaron para absorber los contaminantes que no pudieron ser captados por las nanoburbujas.
Este proceso de remediación logró recuperar al humedal en un 100%, permitiendo el regreso de cientos de aves y más de 70 especies autóctonas, posibilitando la interacción de las personas con el agua.
El éxito del plan llevó a diversas empresas a interesarse por invertir en los próximos proyectos de Morikawa, que incluyen la limpieza de Huacachina y del Lago Titicaca. “Si tenemos todos los medios, tendremos la posibilidad de descontaminar hasta más del 70% de los hábitats naturales del Perú. Tenemos la tecnología, tenemos el Know-how, aparte de todas las creaciones e inventos. La diferencia de todo es que lo hacemos sin utilizar ningún componente químico”, explica.

Desde su rol como científico y activista, Marino señala a la educación como principal solución al problema, puntualizando que “las leyes ambientales y autoridades, sean del sector público o privado, antes de poner mano dura o penalidades, deben empezar por ellos mismos y por generar concientización poblacional, desde la crianza de sus hijos”.



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