SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 19 de septiembre de 2015

El SABER nos HARÁ LIBRES: Aprender a lidiar con el ESTRÉS efectivamente es un esfuerzo que vale la pena.

Muchos de los estresantes más comunes a largo plazo son enfermedad en la familia, recuperación de accidente, problemas de pareja, presiones de trabajo, etc. Surgen muchas veces de forma concurrente y sin previo aviso. El manejo del estrés es particularmente valioso si su familia tiene historia de hipertensión u otras formas de enfermedad del corazón.
La vida por estos días exige mucho
 de nuestra mente y cuerpo.

Identifique la causa. Usted puede encontrar que su estrés surge de algo que es fácil de corregir. Un psicólogo puede ayudarle a definir y analizar estos estresantes y a desarrollar un plan de acción para lidiar con ellos, pero fundamentalmente depende de usted.

Vigile sus estados de ánimo. Si usted se siente estresado durante el día, escriba qué lo causó, junto con sus pensamientos y estado de ánimo. Nuevamente, usted puede encontrar que la causa es menos seria de lo que pensó en primera instancia.

Haga tiempo para usted al menos dos o tres veces a la semana. Aún diez minutos al día de "tiempo personal" le puede ayudar a refrescar su visión mental y reducir o detener los sistemas de respuesta al estrés que tiene su cuerpo. Apague el teléfono, pase tiempo solo/a en su habitación, haga ejercicios, o escuche su música favorita.
Cualquier deporte nos puede ayudar, caminata, bici, aerobico, etc.
el tema pasa por hacer alguno.

Aléjese por un momento de la situación cuando siente rabia. Antes de reaccionar, tome tiempo mentalmente para calmarse, contando hasta diez. Entonces observe la situación nuevamente. El caminar, andar en bicicleta o tomar clases de baile u otras actividades físicas le ayudarán a liberar presión.

Analice su horario. Estudie sus prioridades y delegue las tareas que pueda. Por ejemplo, ordene comida fuera después de un día fuerte, comparta responsabilidades en el hogar. Elimine tareas que debería hacer pero no son indispensables.


Establezca estándares razonables para usted y los demás. No espere perfección.

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