SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 29 de enero de 2014

Los OJOS y la computadora: El primer mito a romper es que los ojos no se gastan, en todo caso pueden sufrir de fatiga. ¡Pero Cuidado!


En un mundo donde vamos de la computadora del trabajo a la de nuestras casas, o donde los chicos no se separan de la pantalla en la que estudian, juegan y socializan, es necesario preguntarse cuánto afecta esta exposición a la visión.

El debate está abierto: múltiples profesionales hablan de distancias y tiempos. Sin embargo, el primer mito a romper es que los ojos no se gastan, en todo caso pueden sufrir de fatiga. El cansancio está siempre relacionado al uso excesivo o indebido de la musculatura por un determinado esfuerzo.


La salud de los ojos varía a lo largo de la vida y, por lo tanto, es necesario realizar consultas oftalmológicas periódicas desde la primera infancia para detectar aquellas patologías o errores refractivos que puedan alterar nuestra visión.

Con una idea clara de cómo vemos, se puede tener en cuenta las múltiples variables que entran en juego cuando nos sentamos frente la computadora, como la lubricación del ojo, la posición del monitor, la iluminación y la postura.


En una conversación el ojo humano parpadea una media de 22 veces por minuto, cuando se lee de 12 a 15 veces. En cambio cuando estamos en la computadora parpadeamos menos de 5 veces por minuto. Esta constante atención en la pantalla que disminuye la frecuencia de parpadeo incrementa la sintomatología del ojo seco, provoca fatiga ocular y mental ya que para él, la lubricación del parpadeo es como el aceite para el motor de un auto.


En segundo lugar, el monitor debe estar debajo del horizonte visual. Esto permite que los párpados cubran mayor superficie del globo ocular, y se disminuya la exposición de la córnea. De este modo, la película lagrimal que la cubre se secará en menor medida.

La posición correcta consiste en tener la cabeza levemente inclinada hacia el monitor, unos 15º, y ubicarse a no menos de 35 a 50 cm de distancia de la PC. Otra fuente de incomodidad es la mala iluminación. Los especialistas recomiendan evitar el reflejo de la pantalla para aumentar la visibilidad y disminuir la fatiga ocular.


La luz en el ambiente debe ser lo suficientemente tenue para un buen contraste de la pantalla pero sin que dificulte, por ejemplo, la visión de textos que haya sobre la mesa. La que entra por la ventana no debe estar en el rostro de la persona ni reflejarse en el monitor.

La ubicación ideal sería que la iluminación llegue a los costados de los monitores. Respecto a la eléctrica, esta debe caer detrás de las pantallas. Es recomendable usar veladores, pues pueden ubicarse de modo que no reflejen la luz ni en el monitor ni en lo ojos.


En cuanto a los rayos que emite la pantalla, los estudios biomédicos realizados hasta el momento no demostraron que existan riesgos para la salud a causa de radiaciones ionizantes o no ionizantes. Sin embargo, sí se comprobó que los principales problemas en relación a las computadoras están asociados con la posición del cuerpo.

En relación a la vista, entre los primeros síntomas se registran la pesadez ocular y en los párpados, las molestias y dolores causados por la luz, la visión borrosa, el enrojecimiento ocular, la sequedad y la arenilla en los ojos.


No obstante, pasar largas horas frente a la pantalla en una posición incorrecta puede ocasionar otros trastornos tales como cefaleas, dolores por contractura cervical y lumbares, síndrome de túnel carpiano, cambios de carácter con insomnio e irritación o problemas de circulación

Recomendaciones:

Si su oftalmólogo lo indica, utilice colirios recetados en forma periódica, mientras trabaja frente a la pantalla.

• En el caso de ser usuario de lentes de contacto, emplee colirios con mayor frecuencia.

• Ubíquese frente a la pantalla de modo que la mirada sea levemente hacia abajo.

• No fije la mirada en el monitor por más de 50 minutos seguidos.

• Tómese descansos visuales de 5 a 10 minutos, levántese, mire a lo lejos y luego acerque su vista sucesivamente.


• Dirija su mirada a la lejanía para movilizar los músculos del ojo.

• Regule la temperatura ambiental para evitar el aumento de la sequedad ocular.

• Consulte con su oftalmólogo ante la posible necesidad de corrección óptica para distancias intermedias, controles y estudios.

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