SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 17 de noviembre de 2012


Murales de artista nacido en
MERLO, en el Vaticano:
Obra que pudimos disfrutar en al CAS de Mariano Acosta con motivo de los 102 años
de esta ciudad del Distrito de Merlo.
Un artista plástico y docente de Merlo, nacido en Mariano Acosta y su esposa fueron lo primeros artistas plásticos argentinos en instalar sus murales en el Vaticano.
Fernanda Baffa y Jorge Tarifa  en el Vaticano
En el CAS de Mariano Acosta mostraron algo de su obra y dieron conferencias a la prensa.
De izquierda a derecha: Cocejal de Merlo Ana Biyi, El artista plástico Jorge Tarifa,
la directora de  "El Magazin de Merlo" Hilary G. Gonzalez, el poeta y escritor merlense, M. A. Figueiras G. y la periodista Lourdes Zeballos.
 Los artistas plásticos Fernanda Baffa, nacida en la ciudad de Luján, y Jorge Tarifa nacido en Merlo, finalmente instalaron dos obras muralísticas en el Palacio San Calixto perteneciente al Vaticano.
Jorge y Fernanda, una historia de estudio, trabajo y creación: El Palacio de San Calixto es pequeño en comparación con muchos otros que existen en Roma, pero, a la vez, es uno de los más apreciados por El Vaticano, del lado oeste del río Tíber. Tanto que, ubicado en la plaza del mismo nombre, al lado de la Basílica de Santa María de Trastevere – nombre del barrio en cuestión –, el edificio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Allí, donde funcionan varias oficinas de la Santa Sede, quedó plasmado desde hace un mes un pedacito del Conurbano y también, en cierta forma, de toda Latinoamérica. 
Los artistas durante 2010 mostrando su proyecto
Fernanda Baffa y Jorge Tarifa nacieron en Luján y en Mariano Acosta (Merlo), respectivamente, pero hace 20 años se casaron y, desde entonces, viven en Marcos Paz. Su compromiso con la idea de evangelizar a través del arte los llevó a que el Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica (ICCRS, instalado en San Calixto) los eligiera para plasmar dos murales de 2 metros por 2,5 en una sala del Palacio, por la que transitan cientos de personas todos los días.
En la inauguración de las obras los acompañó el embajador Juan Pablo Cafiero, que quedó más que feliz con el trabajo de los artistas. “No puedo describirlo. Fue una emoción muy grande y una experiencia única”, contó Baffa a 24CON, mientras que su marido indicó que “hasta ese momento, el único argentino que tenía una obra en El Vaticano era Raúl Soldi, con un pequeño cuadro expuesto en el museo” de la ciudad-estado. “Pero, de esta magnitud, es la primera”, aclaró.  Los temas que les pidieron representar fueron “El Espíritu Santo”, del que se encargó el hombre, y “Pentecostés ayer y hoy”, diseñado por la mujer. Sin embargo, lejos de optar por el camino fácil, el matrimonio tuvo la ardua misión de adaptar el provocador muralismo latinoamericano - surgido con la revolución en México - al conservadurismo de la Iglesia.
Uno de los murales que se exhibe en el Vaticano
“Como yo trabajo con el estilo mexicano, la idea fue romper la estructura artística del Vaticano. No sabíamos si l iban a aceptar: respeté los colores básicos, pero di vuelta la imagen de la Virgen, agrandé la proporción de su mano, la paloma, las llamitas… todo era una forma de representar el arte latino”, comenta Baffa sobre su creación. La de su esposo es más simbólica, con una enorme paloma que representa al Espíritu y otras imágenes de connotación religiosa, como el agua y el fuego. Tarifa también tenía sus dudas en cuanto a la reacción de las autoridades frente a las obras. “El gran desafío vino porque el muralismo latino es de izquierda, y justamente no es católico. Pero, al mismo tiempo, es muy social y arraigado en las familias, y esa impronta fue la que abrió las puertas”, señaló, y agregó: “Yo tenía un poco de temor, pero mi señora, como buena mujer, más lanzada, se largó”.

Quizás fue por ese atrevimiento que el trabajo de Fernanda resultó el mejor a los ojos del Vaticano. “Cuando descubrieron los murales, quise ver las caras, en especial la del director (del ICCRS, Orestes Pesare), y su alegría era muy notoria. Me le acerqué y me dijo: ‘Tu obra me encanta, pero la otra es excelente’. Y tenía razón, la de Fernanda tiene un fuerte contenido espiritual”, elogia a su mujer. Egresados de la Escuela de Arte de Luján, Jorge y Fernanda son docentes en su ciudad y él, además, enseña en un colegio de Merlo. Hubo dos situaciones que, al combinarse, facilitaron su vínculo con el ICCRS: la pareja pertenece al Movimiento de Renovación Carismática Católica – para el que realizan arte sacro y otras actividades, como retiros espirituales – y, además, Fernanda comenzó a especializarse en muralismo.
“Empecé mi trabajo en Marcos Paz con una historieta sobre Jesús en un periódico local. A partir de ahí, me invitaron a hacer esta tira en la revista del Movimiento de Renovación, que tiene mucho alcance en todo el mundo. Entonces seguí publicando en otras revistas internacionales hasta que llegué a la del Servicio de Renovación”, explicó Tarifa. En la publicación oficial de esta oficina religiosa dibujó comics breves desde 1994 hasta 1999. Gracias a este contacto, el matrimonio propuso hacer los murales. En septiembre del año pasado lo acordaron en Ezeiza con el titular del ICCRS, que viajó especialmente para el encuentro. Mandaron los proyectos por mail y, cuando se los aprobaron, pusieron manos a la obra.
Los artista y su trascendental obra
Como el costo de pasar meses en Roma hubiera sido muy alto para ellos, pintaron en su casa, con acrílicos, sobre dos paños de tela. Después, al viajar al Vaticano, los llevaron enrollados y, para la presentación, los colocaron sobre bastidores, donde quedaron instalados. Ya de vuelta en su hogar, Fernanda tiene ahora un proyecto para pintar un mural en la Basílica de Luján, aprovechando las refacciones que se están llevando a cabo en el lugar.
De concretarse, no sería la primera vez que estos artistas hicieran trabajos de magnitud para el Conurbano. El año pasado, pintaron un mural en homenaje al neuquino Carlos Fuentealba para la sede de Suteba de Marcos Paz, al conmemorarse el aniversario del asesinato del docente. Y también plasmaron otro en la Escuela Agraria de la misma ciudad, que fue firmado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante su inauguración. Pero, claro, nada se compara con las "oficinas de Dios".

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